Se trata de una huelga de "piernas cruzadas", la cual consiste en evitar relaciones sexuales con sus parejas hasta que no se asuma una respuesta eficaz frente a las demandas de la comunidad. Con ello las féminas buscan presionar a sus maridos para que estos a su vez logren eco entre las autoridades encargadas de adelantar la pavimentación de la deteriorada vía que comunica a la población.
Para las manifestantes esta fue la única manera que encontraron de exigirle al Gobierno la conclusión de las obras en los 57 kilómetros del tramo Junín-Barbacoas, considerado uno de los más peligrosos por su mal estado. Dicho trayecto presenta una crítica situación al punto que un vehículo de carga o pasajeros se tarde entre 12 y 14 horas para cubrir la distancia referida, indicó Prensa Latina.
En declaraciones a RCN La Radio, la jueza Maribel Silva, una de las líderes de la protesta, afirmó que en principio fue asumida como un acto folclórico, pero que ya está tomando la seriedad que amerita por ser un reclamo de los pobladores. Por el momento las barbacoanas se mantienen firme en mantener la protesta hasta alcanzar su objetivo, mientras que los hombres señalan que prefieren soportar una huelga de hambre y no la de "piernas cruzadas".
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