Tiene que ser muy frustrante para un alcalde llegar a
estos extremos. Es tremendamente complicado hacer entender a los conductores
que el carril bici no es para ellos, y como las multas a los dueños de un
Ferrari o un Rolls Royce les va a dar bastante igual, habrá que
utilizar la artillería pesada.
Es lo que ha pensado Arturas Zuokas, alcalde de Vilnius (Lituania), quien harto de
ver sus calles llenas de infractores se ha subido a un tanque para conseguir
que los conductores respeten las normas. Él mismo sabe
que la medida es drástica, pero está harto de que le tomen por el pito del
sereno.
El alcalde incluso ha grabado un vídeo demostrando que
no va en broma y, tras "cobrar" su primera multa y advertir al dueño
de que no lo repita, se va más feliz que una perdiz con su bicicleta. Eso sí,
limpiando antes los restos del coche multado. ¿Los habrá separado para
reciclar?
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