Por Severo RiveraSanto Domingo, (EFE).- El dominicano Chichí Peralta presentó hoy en Santo Domingo el concierto “De aquel la’o del río”, el primero en más de seis años en su país, y en el que contó con participaciones de figuras como Juan Luis Guerra y el director de orquesta José Antonio Molina.
La actuación de Peralta fue respaldada por un buen juego de luces, sonido y coreografía recibido con agrado por un público que ocupó a media capacidad el Palacio de los Deportes de la capital dominicana.
El músico y compositor permaneció por dos horas al frente de su orquesta de 18 músicos, dos cantantes y tres coristas interpretando sus temas más conocidos y los de su reciente producción del mismo nombre que el espectáculo.
“La Ciguapa” fue el tercer tema que sacó Peralta del sombrero y con el que levantó de sus asientos a sus fan, quienes previo al show disfrutaron de una breve proyección en pantalla gigante en 3D en el que figuraba Peralta atravesando un terreno selvático con un buen león y una mano celestial que le ayudaron a cruzar “al otro la’o del río”.
“Estoy orgulloso de ser dominicano, es un país de gente buena, acabamos nuevamente de demostrarlo con el auxilio brindado al hermano pueblo haitiano en estos momentos de tristeza que padece”, dijo el artista en una primera intervención.
La música siguió invadiendo el lugar y entró en acción el intérprete de música típica El Prodigio, quien, acordeón en mano, se esforzó en hacer oír sus notas en un pentagrama repleto de fusón, al mejor estilo de Chichí Peralta.
Los invitados seguían apareciendo en escena. El maestro José Antonio Molina tomó la batuta para dirigir a un grupo de sus músicos de la Orquesta Sinfónica Nacional y sumar violines a la descarga de música tropical.
“Quiero pedir permiso para dedicar este concierto a mi madre, que por primera vez está presente en una de mis presentaciones”, exclamó el ganador de un Grammy Latino, que también dedicó su actuación a su esposa.
La sintonía de Peralta con su público, sin embargo, parecía desconectarse en aquellas canciones no muy conocidas, hasta que llegó el turno a una de sus emblemáticas, “Amor narcótico”.
Ahí sí que el artista local volvió a adueñarse del aforo tomando el micrófono y dejando a un lado sus inseparables tumbadoras.
La elevada figura de Juan Luis Guerra salió desde el fondo del escenario para interpretar “chekerao”, a dúo con Peralta. Otro momento grande de la noche.
El momento del final estaba cerca, pero antes había espacio para “Amor samurai”, otro dúo, pero con la cantante japonesa Kumiko Yoshijara.
“La negra bella”, el más reciente éxito de Chichí Peralta, cerró la noche para el músico y su público, que volverán a encontrarse la semana próxima en Santiago (norte)
El músico y compositor permaneció por dos horas al frente de su orquesta de 18 músicos, dos cantantes y tres coristas interpretando sus temas más conocidos y los de su reciente producción del mismo nombre que el espectáculo.
“La Ciguapa” fue el tercer tema que sacó Peralta del sombrero y con el que levantó de sus asientos a sus fan, quienes previo al show disfrutaron de una breve proyección en pantalla gigante en 3D en el que figuraba Peralta atravesando un terreno selvático con un buen león y una mano celestial que le ayudaron a cruzar “al otro la’o del río”.
“Estoy orgulloso de ser dominicano, es un país de gente buena, acabamos nuevamente de demostrarlo con el auxilio brindado al hermano pueblo haitiano en estos momentos de tristeza que padece”, dijo el artista en una primera intervención.
La música siguió invadiendo el lugar y entró en acción el intérprete de música típica El Prodigio, quien, acordeón en mano, se esforzó en hacer oír sus notas en un pentagrama repleto de fusón, al mejor estilo de Chichí Peralta.
Los invitados seguían apareciendo en escena. El maestro José Antonio Molina tomó la batuta para dirigir a un grupo de sus músicos de la Orquesta Sinfónica Nacional y sumar violines a la descarga de música tropical.
“Quiero pedir permiso para dedicar este concierto a mi madre, que por primera vez está presente en una de mis presentaciones”, exclamó el ganador de un Grammy Latino, que también dedicó su actuación a su esposa.
La sintonía de Peralta con su público, sin embargo, parecía desconectarse en aquellas canciones no muy conocidas, hasta que llegó el turno a una de sus emblemáticas, “Amor narcótico”.
Ahí sí que el artista local volvió a adueñarse del aforo tomando el micrófono y dejando a un lado sus inseparables tumbadoras.
La elevada figura de Juan Luis Guerra salió desde el fondo del escenario para interpretar “chekerao”, a dúo con Peralta. Otro momento grande de la noche.
El momento del final estaba cerca, pero antes había espacio para “Amor samurai”, otro dúo, pero con la cantante japonesa Kumiko Yoshijara.
“La negra bella”, el más reciente éxito de Chichí Peralta, cerró la noche para el músico y su público, que volverán a encontrarse la semana próxima en Santiago (norte)
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